Jorge Aramayo, Secretario de Derechos Humanos de SADOP, reflexiona sobre el significado del 10 de diciembre y los reclamos del Sindicato para que los patrones cumplan con los artículos 23, 25 y 26 de la Declaración Universal de los DDHH.
Por Jorge Aramayo
Secretario de Derechos Humanos
SADOP-CDN.
“Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.”
“Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.”
“Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.”
“Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses”
“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene así mismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.”
“La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.”
“Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos en función de los méritos respectivos”
“La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas la naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz”.
Estos axiomas vistos o leídos sin saber su procedencia parecieran que fueran consignas soñadoras o demagógicas. De esta manera suelen referirse algunos sectores de nuestra sociedad y, con desprecio, indican como defensores de los mismos a los sindicatos o dicen que son argucias de algún Gobierno trasnochado.
Y en realidad estos son los artículos 23, 25 y 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, elaborados, acordados y proclamados por la Resolución de la Asamblea General 217 del 10 de diciembre de 1948 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Lenta pero paulatinamente, desde el 2003, ha empezado a tener vigencia en nuestro país, con la tremenda tenacidad y esfuerzos de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, quienes llevaron en plena dictadura la bandera de los Derechos Humanos. Sin embargo, en democracia tampoco les fue fácil, hasta que el Gobierno del 2003 tomó la decisión política de llevar este tema adelante y cambiar radicalmente la situación (http://www.un.org/es/documents/udhr/).
Creo que pocas veces estos artículos, con más de 64 años, han sido tenidos en cuenta por los Gobiernos argentinos. Cuando uno ve las computadoras para los estudiantes secundarios (Conectar Igualdad), Asignación Universal por Hijo (AUH), Plan nacer, Manos a la Obra, jubilación con alcance universal, etc., observo que muchos de estos están en relación directa con la Declaración Universal de Derechos Humanos. Estas acciones hacen que la Argentina sea reconocida por organismos mundiales. Además, dan testimonio de ello los Curas de Opción por los Pobres, quienes sostienen que los “jóvenes pobres e históricamente relegados, estudian y comparten en las plazas de sus pueblos con sus netbooks, encontrando un nuevo modo de relacionarse y crecer, porque el plan Conectar Igualdad les permite salir del analfabetismo informático a cientos de miles de adolescentes abriéndoles nuevas puertas al conocimiento”. http://www.curasopp.com.ar/
Los treinta artículos son imperdibles, pero he tomado estos tres porque como ciudadanos y trabajadores sentimos que algunos de los mismos son violados por nuestras patronales en los lugares de trabajo, ya que avasallan los derechos laborales, sin saber que muchas veces también violentan los Derechos Humanos.
La preocupación de SADOP está puesta en estos puntos ya que exige que sean respetados y reconocidos en el marco del Convenio Colectivo de Trabajo para los docentes privados y en diversas acciones, como la participación en los distintos ministerios y ámbitos en el que Sindicato dice presente.
Desde la ONU, con el transcurso del tiempo, se han desarrollado un conjunto de instrumentos y mecanismos para asegurar su cumplimiento y hacer frente a las violaciones de los derechos humanos donde quiera que ocurran. La Asamblea General invitó en 1950 a todos los Estados miembros, y a las organizaciones interesadas, que establecieran el 10 de diciembre como el Día de los Derechos Humanos. Por suerte en nuestro país esta acción no quedó en una simple celebración.