Los docentes privados queremos negociar la integralidad del Convenio Colectivo de Trabajo. Es que los derechos laborales mínimos del conjunto de los trabajadores de la educación trascienden lo salarial, algo que desde luego es urgente y la principal obligación del empleador, pero no es el único tema. La realidad demuestra, una vez más, que el proceso de construcción de consensos en la Paritaria Federal Docente continúa siendo complejo.
Por Mario Almirón
Secretario General
SADOP – Consejo Directivo Nacional
En SADOP tenemos vocación de negociar, por lo que nuestra búsqueda siempre ha sido la del acuerdo, pero no cualquier acuerdo. Queremos llegar a un acuerdo concreto, sin resignar el salario docente y mejorando las condiciones de trabajo. Como venimos planteando en las reuniones con los funcionarios nacionales, defendemos la idea de no negociar exclusivamente durante los primeros meses del año, cerca del inicio de clase. Creemos que hay que generar un mecanismo permanente de negociación, que permita volver a sentarnos a discutir el salario docente a mediados de año, cuando las variables económicas que hoy están inciertas nos otorguen un panorama con mayor certidumbre.
En diciembre del año pasado, planteamos la necesidad de negociar la integralidad de las condiciones de trabajo de los docentes sin restringirnos a una sola materia como el piso salarial. Esta ha sido la posición que SADOP ha venido sosteniendo invariablemente. Para los docentes privados, además, se ha articulado específicamente con la Comisión Negociadora con los empleadores. Hablamos de un Convenio Colectivo de Trabajo, y hablamos de plazos; una vigencia para el acuerdo de dos o tres años, como poseen la mayoría de los convenios en nuestro país. En todo caso, aquellas cláusulas que son menos permanentes y estables, como las salariales, lógicamente deben actualizarse periódicamente para no perder vigencia de inmediato. Propusimos negociar en un plazo razonable un Convenio Marco, con condiciones de trabajo y teniendo en cuenta el impacto que tiene la profesión en la salud de las compañeras y compañeros.
En diciembre planteamos este acuerdo, de uno o dos años de plazo y la posibilidad de rediscutir el tema salarial –antes de que sucediera lo que finalmente pasó–. A fin de año, también hablamos de firmar un acuerdo relevante en la Paritaria sobre la Formación Profesional Docente, que desde luego consideramos establecía un gran avance. Lamentablemente, estas ideas no tuvieron todo el consenso necesario ni por parte del gobierno ni de algunas de las organizaciones gremiales docentes.
Llegamos así a enero-febrero con el retroceso que produjo el proceso de inflación y devaluación, y que trajo un preocupante deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores.
Tras las propuestas iniciales planteadas por el Ejecutivo Nacional en la Paritaria Federal Docente 2014, podemos entender que el gobierno ha estado mirando mucho las cuentas fiscales. Uno siente, palpa y nota que hay una mirada muy economicista respecto del salario docente.
Se ha puesto el foco en un fenómeno en particular, que puede existir en algunos sectores de la docencia –sobre todo en el estatal–, como es el tema del ausentismo, un ítem incluido en la propuesta inicial del gobierno. En este sentido, cabría también indagar cuáles son las causas de ese ausentismo, porque puede estar vinculado a las condiciones de trabajo. Históricamente, desde SADOP mantenemos una postura clara de rechazo al presentismo ya que, en el fondo, supone resignar un derecho constitucional como es el derecho a huelga, además de obligar a muchas compañeras y compañeros a asistir enfermos al trabajo o con situaciones familiares complicadas. Lamentamos mucho que el Estado intente destinar 2.200 millones de pesos del presupuesto nacional –aproximadamente– para cubrir esta propuesta referente al rubro presentismo, en vez de incorporarlos desde el inicio a la propuesta del salario básico; el que va a todos los trabajadores, el que tienen que cobrar también nuestros compañeros jubilados.
A su vez, una propuesta de recomposición como la que hizo inicialmente el Gobierno Nacional, aumentando el salario un 22% en tres tramos, resulta también insuficiente ya que no contempla el atraso estructural sufrido por el sueldo docente, producto tanto del atraso histórico como de los cierres unilateral de las paritarias en 2012 y 2013. Si comparamos el promedio de los pisos salariales de otras actividades, los docentes argentinos quedamos rezagados –inclusive– respecto a los trabajadores del sector público a nivel nacional.
Es muy grave que los trabajadores de la educación estemos, al día de hoy, con $3.416 como mínimo, por debajo del salario mínimo vital y móvil establecido legalmente para todos los trabajadores de la República Argentina en relación de dependencia. Es grave porque habla de un salario excesivamente bajo y porque expone un mensaje contradictorio respecto a la política educativa, la actividad y la profesión docente que pretende llevar a cabo el Gobierno Nacional. Hemos planteado esta incongruencia ante las autoridades nacionales y provinciales en diversas oportunidades, porque creemos que es un mensaje simbólicamente complicado para todos aquellos que quieran iniciar el maravilloso camino de la docencia. No es un buen mensaje para aquellos jóvenes con vocación de educadores decirles que el salario mínimo de su actividad, en todo el país, está por debajo del mínimo vital y móvil.
Cuando vimos que las negociaciones estaban trabadas, complicadas, y no avizorábamos un horizonte sencillo de resolución, tuvimos una entrevista con el compañero Antonio Caló, en la que le pedimos su apoyo y una gestión para destrabarlas. Es la primera vez que un Secretario General de la CGT asumió con tanta fuerza, energía y decisión, primero apoyando a la lucha docente y nuestro planteo de un salario más justo, y luego llevando a cabo gestiones concretas para encaminar la negociación. Si al día de hoy todavía contamos con instancias de negociación, en parte se lo debemos al apoyo que nos ha brindado la CGT.
Poner en valor la Paritaria
Hay que dejar en claro que la Paritaria es el convenio marco de la docencia, y que vela por los derechos generales de los educadores de toda la República Argentina. Cualquier intento o declaración tendiente a devaluar esta instancia de negociación debe ser rechazada.
Tanto desde los medios de comunicación como desde algunos sectores de la sociedad, se está dando por naturalizada la idea de que si no hay un acuerdo, el gobierno puede resolver unilateralmente el piso salarial de los docentes. ¡No podemos, ni debemos, aceptarlo!
El Decreto 457/07 no le atribuye de ninguna manera al Poder Ejecutivo la posibilidad de fijar el piso salarial unilateralmente. Muy por el contrario, dicho decreto especifica que, cuando hay diferencias que las partes no pueden subsanar, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación tiene que proponer una fórmula de conciliación. Vale decir que, si la resolución se implementara como algunos pronostican, fijando el piso salarial docente sin la participación ni el acuerdo de los sindicatos docentes, sería ilegítima, no expresaría consenso y no estaría sustentada por ninguna normativa. En otras palabras, cerrar la Paritaria Federal Docente unilateralmente no sólo es ilegítimo, sino que también es antijurídico. La administración pública puede hacer sólo aquello que la ley le atribuye como competencia. No hay competencia en el Estado Nacional para cerrar unilateralmente y por decreto una Paritaria Federal Docente.
Creemos que ha faltado también una visión política de la importancia de los docentes y de la educación en el Proyecto de País. Hemos venido acompañando todo este proceso iniciado en 2003, la ruptura con el neoliberalismo; hemos sido críticos en muchas cuestiones, pero hemos apoyado muchas de las políticas gubernamentales. Sentimos que desde el Ministerio de Educación de la Nación –sobretodo– no se ha alcanzado la capacidad para proponer una salida política con una mirada a largo plazo, poniendo a la Educación en el lugar que nosotros creemos que debe tener en un Proyecto de País que quiere ser justo, libre y soberano.
En SADOP no resignamos las cuestiones centrales de ese Modelo de País. Por eso, creemos que buenos salarios, negociación colectiva, participación de los trabajadores en las decisiones, mercado interno y valor agregado, son parte del país que militamos y militaremos coherentemente. No creemos en una República de empresarios exportadores donde el trabajo es un costo; creemos en un país donde el trabajo y el trabajador ocupen un lugar central. Este modelo que desde SADOP hemos apoyado tiene que expresar la centralidad del trabajo, la importancia de proteger al trabajador, sus condiciones de vida y su salario. Entonces, nos encontramos con algunas contradicciones, que todo proceso histórico tiene. Nos encontramos con inconsecuencias y con esta idea política profundamente errónea de entender a la educación como un proceso que trascurre al costado de la vida cultural y política de un país. Las escuelas, la educación y el conocimiento no son una parte accesoria del Proyecto de País que queremos. Nosotros, los docentes argentinos, somos actores centrales, y desde ese lugar reivindicamos a la Paritaria como el ámbito para arribar a acuerdos y exigir mejoras concretas en las condiciones de vida y de trabajo de los educadores.
La Paritaria Federal Docente no es “sólo el mínimo salarial", sino que es un ámbito mucho más amplio, en el que se incluyen las condiciones de salubridad en el trabajo, los derechos sociales y previsionales de los trabajadores. Nuestros compañeros se enferman debido al deterioro de las escuelas, es por ello que queremos una mejora sustancial en las Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo de los docentes privados.
Existe un principio básico que rige las relaciones laborales y en SADOP buscamos siempre serle fiel: el principio de la realidad. En el mundo laboral no sirven las “formas” si no dan cuenta de la realidad. Por más que fijen un salario por decreto, como mínimo y base para la actividad, si ese sueldo no tiene el consenso de los docentes y, además, resulta insuficiente, el problema va a persistir en la realidad. Nosotros necesitamos una solución al problema del salario justo; necesitamos una respuesta en el plano de la realidad. Cada vez que se niega la realidad, cada vez que se la esquiva por las “formas”, surgen los conflictos. Y los docentes privados sabemos que se desvirtúa la realidad diciéndole, por ejemplo, a los compañeros en las escuelas: “vos no tenés estabilidad ni derechos porque vos sos suplente”; “vos no cobrás en vacaciones porque sos contratado”. A partir de la realidad comienza el conflicto, porque el compañero es un trabajador con los mismos derechos de todos. Entonces, cualquier propuesta sensata del Ejecutivo Nacional va a ser atendida, pero tendrá que transitar por la realidad.
Hoy estamos escuchando las propuestas del Gobierno Nacional. Vamos a estar dispuestos a dialogar y hacer los esfuerzos necesarios para arribar a un acuerdo hasta último momento. Sin embargo, no firmaremos un acuerdo que signifique un deterioro, una pérdida o una renuncia a un derecho que tenemos como trabajadores.
Claramente, no vamos a tener una actitud de resignación. Si quieren clausurar un debate sobre el salario docente nosotros no vamos a estar dispuestos a resignarnos. Nos queda el camino de la lucha, y el horizonte de SADOP no está solamente en este debate salarial, que reconocemos como importante; tenemos todo un horizonte de acción en el plano internacional, en el Movimiento Obrero, en la Formación Profesional Docente y muy especialmente, en la relación con nuestros propios empleadores; no perdemos de vista que los mismos con quienes venimos llevando a cabo una trabajosa negociación colectiva son responsables de las condiciones de trabajo, algo en lo que esperamos avanzar y profundizar sustancialmente en este 2014.