“Si la importancia de un pensador puede medirse por la capacidad que tienen sus ideas para germinar en otros, el boliviano es sin duda uno de los referentes de estas ciencias tanto a nivel latinoamericano como mundial”, remarca Alejandro Barranquero en un trabajo que busca sintetizar el pensamiento comunicacional de Luis Ramiro Beltrán.
Nacido en Oruro en 1930 e hijo de los periodistas Luis Humberto Beltrán y Bethsabé Salmón, Beltrán se desarrolló como investigador en comunicación en el Instituto de Estudios Transnacionales (ILET) en México y en el Instituto para América Latina (IPAL). Sin embargo, sus teorías tomaron notoriedad con la experiencia en el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal) en Ecuador, que hoy recuerda a uno de sus más destacados investigadores por “el desarrollo de los medios de comunicación como una plataforma eficaz para la erradicación del analfabetismo y como una plataforma para formular bases para la educación”.
Su concepto sobre Políticas Nacionales de Comunicación (PNC) rápidamente se convirtió en un clásico de los estudios latinoamericanos a partir de su publicación, en 1974. Beltrán definió a las PNC como “un conjunto integrado, explícito y duradero de políticas parciales de comunicación, armonizadas en un cuerpo coherente de principios y normas dirigidos a guiar la conducta de las instituciones especializadas en el manejo del proceso general de comunicación de un país”.
En la década del 70 también se destacó entre los portavoces del Nuevo Orden Mundial de la Información y de la Comunicación (Nomic), iniciativa lanzada por el Movimiento de Países No Alineados que buscaban problematizar sobre la democratización de la comunicación desde América Latina.
Por el impacto de sus pensamientos críticos, el teórico boliviano también fue reconocido en el norte del continente, siendo citado de manera recurrente en medios especializados en comunicación e información y hasta dejando influencias latentes en los trabajos de autores estadounidenses. Doctor en Comunicación y Sociología por la Universidad del Estado de Michigan (EE.UU.), su trayectoria reporta trabajos para delegaciones de Unicef, Unesco y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con sedes en diversos países. También desarrolló labores para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Estados Unidos y Colombia, y para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) en Bolivia y Argentina.
Según el periodista Washington Uranga, Beltrán dotó de “calidad científica y sentido político a la tarea (comunicacional)”. “Está asociado de manera indiscutible a la comunicación en América latina, a la construcción teórica, a los temas de comunicación y desarrollo, a las políticas de comunicación y a las luchas por el derecho a la comunicación”, destacó.
Entre los reconocimientos por su trayectoria se destacan los títulos de Doctor Honoris Causa de la Universidad Católica Boliviana de La Paz, de la Universidad Técnica de Oruro y de la Universidad Mayor de San Andrés.
Uranga destaca que Beltrán siempre tuvo un pie en su Bolivia natal, para desde allí seguir “actuando como maestro de la comunicación, acompañando las más diversas experiencias de comunicación, alimentando el debate político sobre el tema y alentando a muchas de las iniciativas de comunicación popular y comunitaria que emergen en ese país de rebosante de multiculturalidad”.
Falleció el pasado 11 de julio en La Paz.