Dirigentes de diferentes extracciones definieron la elaboración de estadísticas propias como un salto evolutivo en la disputa de poder. “Los sectores dominantes producen conocimiento, es inadmisible que los trabajadores no lo hagamos, debíamos cubrir esa deuda.”
Página 12
El acto de presentación del “índice de inflación de los trabajadores” contó con la presencia de dirigentes sindicales, quienes se refirieron a la unificación de la CGT prevista para fines de agosto, criticaron la política económica del gobierno de Mauricio Macri y ponderaron la relevancia del cálculo de inflación propio como herramienta de gestión política de los gremios. Gerardo Martínez (Uocra), Víctor Santa María (Suterh), Horacio Ghilini (Sadop), Hugo Yasky (CTA), Sergio Palazzo (Bancarios), Rodolfo Daer (Alimentación), Andrés Rodríguez (UPCN), Roberto Baradel (Suteba), Horacio Arreceygor (Satsaid), Eduardo López (UTE), Edgardo Llano (APA), Domingo Moreira (Ceramistas), Guido Valerga (SICA), Carlos Minucci (Energía Jerárquicos), fueron algunos de los dirigentes que dieron el presente.
“Hay un proceso evolutivo del movimiento sindical que nos permite ir creciendo y tomar definiciones concretas en relación al poder en la Argentina. Sin embargo, cuando teníamos que discutir paritarias utilizábamos números serios pero prestados. La parte científica era una cuestión pendiente”, dijo Gerardo Martínez. Además, en relación a la situación económica de su sector, planteó que “la construcción está prácticamente paralizada, hay grandes bolsones de desocupación y se produce un goteo de empleo en el sector industrial que nos preocupa”. “Este gobierno parece el de los herederos, porque muchos provienen de familias que tienen muchos recursos y tal vez no saben lo que es el trabajo. A ellos les quisiera recordar que gobernar la Argentina es crear trabajo”, agregó. Martínez, enrolado en la CGT que lidera Antonio Caló, aseguró que “nadie tenga dudas de que el 22 de agosto se va a producir la unidad de todos los sectores”, en relación al día en el que está previsto definir la nueva conducción de la principal central obrera del país.
Rodolfo Daer, titular del gremio de la Alimentación, planteó que “desde el 10 de diciembre del año pasado que los trabajadores, profesionales, jubilados y estudiantes cargamos con el ajuste de esta crisis. Hay que recordarle al Gobierno que la mejor política económica es la que incluye socialmente, no la que deja a la gente afuera. El Instituto de Estadísticas de los Trabajadores le va a dar el conocimiento estadístico a los dirigentes y será fundamental para la futura unidad de la CGT”.
También Hugo Yasky, de la CTA, se refirió a la reunificación de la CGT. “Hay un proceso de unidad que está en marcha, de lo cual es parte el extraordinario acto que hicimos todos juntos a favor de la protección del empleo. Hay una fecha importante que es el 22 de agosto y nosotros no nos sentimos ajenos, a pesar de que no participamos de las discusiones concretas. Es importante la unidad porque enfrentamos a un gobierno que como nunca es el gobierno de la clase dominante. Es la Argentina atendida por sus propios dueños”, dijo. “Hay un energúmeno como este personaje que fija tarifas y al mismo tiempo es accionista de Shell –indicó en relación al ministro de Energía, Juan José Aranguren–. El movimiento obrero mira estas cosas, las registra y quedan en la memoria. Ningún agravio va a caer para nosotros en saco roto. Más temprano que tarde vamos a ir por lo que les corresponde a los trabajadores”, agregó Yasky. En relación al nuevo índice de precios, el dirigente de los docentes dijo que “esto no es un tema académico sino una herramienta de lucha. Lo que hoy hacemos con este encuentro también forma parte de la lucha, se trata de construir el conocimiento que haga falta, no sólo pelearla en la calle”.
Horacio Ghilini, indicó que “cuando discutimos nuestros salarios tenemos enfrente a alguien que dice que no le cierran los costos y que nos chantajea con el desempleo. Pero lo que nunca ponen sobre la mesa es la tasa de ganancia. La discusión sobre los costos se debe hacer sobre números concretos, pero nos pasa que aparte de las diferencias lógicas vinculadas a los intereses que representamos los dirigentes empresariales y los sindicales, también tenemos diferencias en los números. Este índice no busca competir con el Indec, pero sí controlarlo, saber cuándo nos mienten, cuándo nos esconden información. ¿Por qué se creen que la Universidad de San Andrés y la UCA se mantienen a pesar de no ser rentables? Porque son bancadas por los sectores de poder, porque producen conocimiento. Es inadmisible que los trabajadores no lo tengamos. Este proyecto viene a cubrir esa deuda”.