Brexit: el punto de inflexión de la UE y del Hemisferio Norte Económico

Análisis sobre la realidad del “Novísimo Orden Mundial”.

29 de Julio 2016

Por Rafael Julio Guirado
Secretario de Relaciones Internacionales
SADOP - CDN

Es una realidad que el “Novísimo Orden Mundial” es, a diferencia del Nuevo Orden Mundial surgido luego de la Segunda Guerra Mundial, sumamente cambiante y dinámico. Quizás sea esa la característica principal que lo diferencia de su antecesor. Justamente, la dinámica actual propia de los continuos cambios tecnológicos, económico y consecuentemente sociales versus la generación de un status quo, cuyo eje fundamental era la diferencia entre capitalismo y socialismo-comunismo. Por esa razón y, como bien dice el Compañero Mario Morant, las instituciones internacionales surgidas luego de Bretton Wood están en crisis; debido al continuo cambio que se da en el escenario político. Cambio éste que responde por sobre todo a una forma de ideología social, política y económica: “el individualismo”. Posiblemente, este sea el mayor logro del capitalismo: “transformó al individualismo en cultura universal, lo mundializó”. Por ello, vemos con cierta sorpresa, los cambios geopolíticos con una excesiva rapidez, donde además ya no se trata de una cuestión ideológica, porque la ideología predominante y que está por encima de cualquier ideología política se llama “individualismo”. Los imperios no duran 1.000 años; ahora, con mucha suerte, no más de cinco o seis décadas. 

Además, podemos percibir que, el capitalismo, utiliza profusamente nuevos instrumentos de dominación. El más evidente es el comunicacional, ya que las corporaciones mediáticas transnacionales operan en forma conjunta y articulada en este doble proceso de “cerrojo mediático” y de distracción de la realidad, a través de los reality,s. Se aplica, con nuevos y más perversos métodos, el concepto de algún emperador romano expresara: “pan y circo”. Ya no es necesaria la utilización del Coliseo ni del Circo Máximo, ya las redes sociales y multimediales no necesitan un espacio físico de concentración de masas. Otro, quizás no tan evidente, pero más efectivo es la utilización del miedo” (viejo instrumento quakero de dominación y condicionamiento). Hoy el condicionamiento más fuerte es el temor a los actos terroristas adjudicados al fundamentalismo religioso. Esto hace que la población en su conjunto esté más preocupada por lo que puede suceder, en este sentido, que por la realidad socio-económica a la que está siendo sometida por el capitalismo voraz que hoy domina al mundo. Ya no instrumentan invasiones militares, porque tienen un costo económico y político muy alto. Hoy es más práctico realizar “incursiones humanitarias”, de “prevención de actos terroristas” y, si no dan resultados o no son aceptadas por los destinatarios de la “ayuda”, alguna que otra incursión “punitiva en defensa de las instituciones democráticas”. Es mucho más fácil y económico dominar por el miedo al terror. 

Así, en este “Novísimo Orden Mundial”, tan cambiante, vemos como ciertas estrategias de condicionamiento se llevan adelante. El caso de BRexit es un claro ejemplo. El Referendum, del 23 de junio de 2016, en el Reino Unido, marcó un antes y un después en las relaciones entre los núcleos económicos de Occidente, entre los tantos puntos de inflexión que ha ido provocando tanto en la geopolítica como en la economía. 

Intentemos hacer un análisis de algunos elementos que podríamos tomar como posibles  causas de esta decisión tomada por los ingleses (y no por el Reino Unido en su conjunto) y algunas de las consecuencias que ya hoy son evidentes, implicando repensar estrategias que hasta el 22 de junio eran validas. Obviamente alguien ganó y muchos perdieron el día 24 de junio pasado.

"Nuevamente el Canal de la Mancha los separa más que unirlos".

La realización del Plebiscito en el Reino Unido fue una de las propuestas de campaña del ya hoy ex Primer Ministro Conservador John Cameron, debido a las presiones de los sectores de la producción agrícola-ganadera del interior de Inglaterra, del conjunto de pequeños productores que siempre se han sentido perjudicados por las normativas de la UE. Valga recordar las sanciones por las pestes, en el sector ganadero, que les obligó a sacrificar la casi totalidad de su stock vacuno y porcino. Esto llevó a depender de la UE al sector productivo más relevante y que condujo la economía, durante varios siglos, desde la época del Imperio Británico. Pero de todas formas, no ha sido el único argumento que ha impulsado al interior de Inglaterra a tomar esta decisión con el voto. 

Abordando el análisis de los resultados, del plesbicito, puede observarse que quienes votaron por el BRExit son los ingleses mayores de 40 años (con excepción de los londinenses que votaron por continuar en la UE). Los jóvenes también deseaban permanecer al igual que Escocia en su conjunto. Esto es lo que impulsa a las continuas manifestaciones de los jóvenes británicos ya que ven, en esta salida, una la limitación a sus posibilidades laborales y profesionales (no es lo mismo contar con el pasaporte comunitario que con el británico solamente). Nuevamente el Canal de la Mancha los separa más que unirlos. Otra situación se da con Escocia, en donde ganó la continuidad en la Comunidad, debido a que, por las "tierras altas de Wallace y de los Clanes", vienen soplando aires de independencia desde hace un tiempo; tengamos en cuenta que el Parlamento Británico suspendió el Plebiscito que el gobierno escocés tenía previsto llevar adelante y que impulsaba este proyecto independentista que le permitiría a Escocia, como Estado independiente, negociar directamente con el resto de los Estados Miembros.

Previo al Referéndum, el Primer Ministro, hizo campaña a favor de permanecer en la UE, por lo que a la luz de los resultados fijó su salida del gobierno para el próximo mes de octubre; muchas conjeturas se tejieron. Unos de los temores comunitarios mas fuertes era el temido efecto dominó, de manera que hubiera una suerte de contagio a partir de un resultado británico desfavorable. Pero, de todas formas, recordemos que el Reino Unido tiene un elemento a favor: no está en la Zona Euro, por lo que mantiene su soberanía monetaria, algo que el resto de los Estados Miembros de la UE no poseen. Rememoremos el caso griego, de hace un año y medio, la significación y el acondicionamiento que implicó para Szipras. Ahora, la realidad es que el efecto dominó podría darse hacia el interior del Reino Unido, ya que algunos ruidos también se han percibido en Irlanda del Norte; quizás aun más ruido haya, en los próximos meses, por la recesión que la economía está experimentando. 

"Europa, y particularmente Francia y Alemania, se han transformado en un nuevo escenario de guerra"

Ahora, analicemos un poco las implicancias, volviendo a pecar de hacer cierta futurología. Esta nueva crisis, en el seno de la misma Unión Europea, habilita a que, en un futuro muy próximo, nos encontremos con nuevos Referendum en otros Estados Miembros.  La concentración de poder por parte de Alemania en la Unión, el surgimiento de movimientos políticos localistas, que ya no soportan las presiones económicas y los ajustes que sigue tratando de imponer el Banco Central Europeo, son una conjugación de factores para que germine este espíritu independentista. Hoy día, España se resiste a aplicar los nuevos ajustes que la Zona euro intenta imponerle por no cumplir con las pautas presupuestarias. Por otra parte, en Francia, la CGT está en una abierta lucha con el gobierno justamente a partir del proyecto de la nueva Ley de Trabajo que ha presentado Manuel Valls. Ya los trabajadores no se resignan a ser una nueva moneda de cambio dentro de los Tratados de Libre Comercio (caso TTIP) que intenta imponer Estados Unidos. 

Por esto, nuevamente surge la pregunta: ¿cuál será el futuro de la Unión Europea?, como también ¿cuál será el futuro de la OTAN (Tratado del Atlántico Norte)?, ¿cuál será el futuro de TTIP (Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la U.E.)?   

Muchas son las preguntas que surgen y que necesariamente surgirán gracias a los manejos y  a los desmanejos de la clase política europea, que ha olvidado sus orígenes, sus metas y que sólo se preocupa por la permanencia en el poder; un poder que cada vez se aleja más de ellos y se acerca a los grandes grupos económicos.

Esto mismo precedió a la caída del Muro de Berlín y la posterior disgregación de la Unión Soviética. La historia se repite, pero en períodos más cortos, y lo que también se repite es la falta de memoria de grandes grupos de la clase dirigente política europea. 

Además, y como si todo esto fuera poco, Europa, y particularmente Francia y Alemania, se han transformado en un nuevo escenario de guerra debido a los ataques que con la metodología de “lobos solitarios” están llevando adelante los grupos fundamentalistas (o no) islámicos, en particular el ISIS, sobre el cual tenemos un sinfín de dudas sobre su origen, perdurabilidad, sustento y, por supuesto, objetivos de acción. Obviamente, las medidas de seguridad que ha impuesto Europa, especialmente en sus Estados Miembros de la periferia (en particular del Este), no vienen dando resultado. A todo esto debemos sumar la situación de Turquía, el nuevo bastión de la Unión Europea y de la OTAN, donde se percibe una tendencia más que significativa hacia el fundamentalismo de la mano de la versión turca del Partido de los Hermanos Musulmanes, al cual pertenece el presidente Erdogan, en desmedro del laicismo sostenido desde la Revolución de Kemal Atatur, padre de la Turquía moderna. 

Obviamente, se están cayendo muchos íconos en el viejo continente y la idea de Bloque Político-Económico-Militar se está desdibujando vertiginosamente.  Esta salida del Reino Unido de la U.E. fue impulsada por la decaída nobleza inglesa y la clase media adinerada, y ampliamente rechazada por las nuevas generaciones que veían un panorama menos nefasto para su futuro, la posibilidad de desarrollarse en todo el espacio geográfico de la Unión. 

Hoy el Reino Unido ya no reconoce a la economía estadounidense como la número uno en el mundo e intenta que la City de Londres se constituya en el paraíso fiscal de Europa. De todas maneras, también esto tiene consecuencias graves desde lo económico, ya que también está en juego el petróleo del Mar del Norte, como también la salida rumbo al continente de las casas matrices de muchas empresas trasnacionales que hasta hoy tenían su sede en Londres. Pero interesa más, hoy por hoy, la concentración financiera por sobre la productiva, otro éxito del capitalismo financiero por sobre el productivo, en esta interna del capitalismo neoliberal que parece no llegar a su fin.

El ejemplo son los acuerdos financieros con China que la convertirían en el primer centro financiero offshore del yuan. Valgan como ejemplos los gráficos financieros que siguen, donde queda más que en evidencia que el oro empieza a recuperar el peso como patrón de referencia en el mercado mundial.

  

 

Por todo esto, nos parece muy válido citar textualmente a Thierry Meyssan, en una de sus notas sobre el BRexit, aparecida en Contralínea de México:

“El Brexit marca el fin de la dominación ideológica de Estados Unidos, de la democracia barata de las “Cuatro Libertades”. En 1941, en su discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente estadounidense Roosevelt las definió como 1) la libertad de palabra y de expresión, 2) la libertad de cada cual de honrar a Dios como le parezca, 3) la libertad de vivir sin penuria y 4) la libertad de vivir sin miedo (a una agresión extranjera). Si los ingleses quieren volver a sus propias tradiciones, los ciudadanos de Europa continental volverán a los cuestionamientos de la Revolución Francesa y la Revolución Rusa sobre la legitimidad del poder y modificarán profundamente sus instituciones, llegando incluso a correr el riesgo de ver resurgir el conflicto franco-alemán1.” 

Es importante, dentro de este “Novísimo Orden Mundial”, el que como expusimos al comienzo de la nota, tiene la característica principal del cambio dinámico de los escenarios, con un marcado aumento de la conflictividad interna y regional. Esto nos hace nuevamente plantearnos el final de nuestra reflexión con puntos suspensivos.

 

Fuentes:
Diario El País – Madrid – España – 7 y 14 de julio de 2016.
1.- Thierry Meyssan, Contralínea (México)

 

Notas Relacionadas