La Justicia de Villa María tuvo una decisión sin precedentes. El abogado de SADOP explicó que el Juzgado de Control deberá iniciar audiencias con testigos para saber si el profesor debe ser reincorporado a la institución.
El caso que conmovió a la comunidad educativa de Villa María, Córdoba, -salvo a la Dirección- del Instituto del Rosario presentó afortunadas novedades para el docente despedido sin causa de esa entidad, Matías Malfante, ya que la Cámara del Crimen determinó que, hasta ahora, existen pruebas de discriminación laboral contra el trabajador, según indicó ayer el abogado del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP).
Fue tras el amparo que el maestro, acompañado por el SADOP, presentó ante el Juzgado de Control con el objetivo de recuperar el trabajo. En un primer momento, desde ese órgano se rechazó el recurso presentado por los educadores, quienes acudieron a la Cámara del Crimen, donde finalmente coincidieron con los demandantes.
Cabe destacar que en esta instancia el docente, a través de su representante legal -el doctor Maximiliano Machuca-, no pide resarcimiento económico, sino ser reinsertado nuevamente en la tarea que desempeñó durante 14 años en el colegio religioso.
El anuncio lo realizó el propio abogado Machuca -quien por ahora será el portavoz de Malfante- junto con la titular de la delegación local de SADOP, Mónica Carrizo, y el secretario gremial del sindicato, Edgardo Blangeti, en un desayuno con la prensa con motivo de celebrarse ayer el Día del Periodista.
Un fallo histórico
“La Cámara del Crimen de Villa María, en un fallo que podemos definirlo como histórico, ha dicho que Matías ha sido discriminado y ordenó al Juzgado de Control a que proceda a abrir el amparo. Es decir, que abra la prueba, que se citen las partes, los testigos y que haya audiencia para que se decida si Matías debe ser reinstalado o no”, resumió el abogado Maximiliano Machuca en conferencia de prensa.
El especialista en Derecho Laboral detalló que la Cámara se basó en un fallo de la Corte Suprema de Justicia denominado “Pellicori c/ Colegio Público de Abogados de la Capital Federal”, para dar curso al pedido hacia el Juzgado de Control a que convoque a testigos, a las partes y se presenten las pruebas necesarias.
Ahora ya no es Malfante el que debe demostrar que fue discriminado, sino que será la institución educativa religiosa que tendrá que probar que no existió tal segregación, que según aseguran desde SADOP fue de índole “política y gremial”.
El primer recurso fue un amparo por considerarse “urgente” la causa y, a pesar de que fue rechazado en primera instancia, ahora la Cámara del Crimen ordenó continuar en esos términos.
Sin embargo, al ser consultado sobre el tiempo a esperar para que vuelva a haber novedad en el tema, Machuca expresó que “depende de los plazos de la Justicia”.
“Todavía tiene que bajar de la Cámara del Crimen al Juzgado de Control, para que éste le corra vista a la institución. Primero tienen que responder por escrito a la demanda y luego de ello se citará a los testigos, a las partes, se pedirán las pruebas necesarias. Los plazos de los amparos son cortos, pero siempre y cuando la prueba se desenvuelva lo más rápido posible”, manifestó el abogado.
Fue el lunes 17 de abril cuando Matías Malfante ingresó en el edificio de Tribunales acompañado por dirigentes gremiales para solicitar el amparo judicial.
Ocurrió semanas después de que se entere, por la abultada suma de dinero que contenía en su caja de ahorros, que había sido despedido de su cargo de profesor de Educación Física del Instituto del Rosario, sin previo aviso y sin causa.
Una palabra parece haber roto el silencio reinante de las autoridades educativas y trajo en ese grito una luz de esperanza: “Justicia”.
Mónica Carrizo sobre las Rosarinas
“Presionan a los docentes”
La titular de la delegación local del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), Mónica Carrizo, dijo estar “muy esperanzada” por la resolución que da un paso más hacia la reincorporación de Matías Malfante al Instituto del Rosario.
“Es muy importante no solo para el caso de Matías Malfante, sino para el resto de los docentes porque abre la posibilidad de defensa de cualquier maestro que se encuentre en la misma situación en cualquier colegio”, comentó Carrizo.
Consultada sobre si después del apartamiento del profesor de Educación Física se dieron otros casos en la ciudad, aseguró que no, pero “fue un caso que hizo que corra el miedo y la presión entre los trabajadores. Hoy, el colegio Rosarinas tiene a sus docentes muy presionados”, sentenció.
Finalmente, la secretaria general de SADOP señaló que “el colegio siempre dijo que era un despido común, pero para nosotros hubo persecución política y gremial”.
Según se supo en su momento, el hecho ocurrió 20 días después de que el docente se afiliara al sindicato que los nuclea, además de haber recibido advertencias sobre el contenido político de sus publicaciones en la red social Facebook.
