Los Congresales representantes de los docentes privados de todo el país, reunidos en el Congreso Nacional, órgano máximo de nuestro Sindicato manifestamos:
1. En el contexto INTERNACIONAL: el principal acontecimiento (en pleno curso) es el cambio de “estilo” (no de Modelo) en el accionar de la primera potencia (EE.UU.). Giro del estilo librecambista al proteccionista (de su propio mercado y de los que controla). Esto suele ser común en las grandes potencias que, en algún momento y por algunos motivos, se sienten declinantes (hay múltiples ejemplos históricos en este sentido). Pero no confundir esto con el fin de la “globalización”, ni mucho menos del capitalismo, como muchos analistas profetizaron ya a las 48hs del cambio de Gobierno en Washington. Habrá si cambios sustanciales que nos afectarán y a los deberemos seguir estando muy atentos. (“Argentina es el hogar” y desde él pensar).
En el contexto REGIONAL: dos repercusiones inmediatas: (1) Sudamérica (como sub región americana) vuelve a ser vista por los EE.UU. como su “patio interior”. Lo que ocurre en México es un ejemplo muy claro de este renacer colonialista. Respecto del Caribe (Cuba), veremos. Vuelve el piernas-largas “Tío Sam”, ahora como “Donald Sam”. Este cambio global toma a esa misma Sudamérica fuertemente debilitada (en lo político) por vacancias de líderes nacionales y populares en tres países claves: Brasil, Argentina y Venezuela. Verdaderos motores de la integración regional no-dependiente.
En el contexto nacional: El actual Gobierno argentino quedó objetivamente a contramano de ese giro proteccionista en la primera potencia mundial. Los dos pilares fundamentales de su gestión (inversiones directas en el país y financiamiento barato a través de préstamos internacionales) serán cada vez más difíciles de obtener. Por lo cual el “abrirse al mundo” que pregonaba, resulta hoy tan inadecuado como perjudicial para el país. Incluso para volver a acordar con su potencia rectora (EE.UU.), deberá cambiar de programa (aún manteniendo el modelo neoliberal de capitalismo financiero). Bastante complicado claro para la actual gestión del presidente Mauricio Macri.
Necesidad prioritaria que nos urge (como clase trabajadora organizada y como alternativa política para el país en su conjunto): favorecer y acompañar los procesos y gobiernos subsistentes en la integración regional (“Patria Grande”), por caso Bolivia y Ecuador. Colaborar –como nos fuera posible- para evitar un mayor deterioro en los casos de Venezuela, Uruguay y Chile; apoyar decididamente la restauración de una democracia plena en Brasil y recuperar el gobierno de nuestro propio país (Argentina). Todo lo cual nos requerirá continuar y potenciar la labor de SADOP en el campo de las relaciones laborales subregionales (FLATEC) y adecuarla a la vez a esta nueva situación internacional. Así como participar activamente del Frente Gremial Docente (en el orden ya nacional). Por suerte contamos –en ambos casos- con una dilatada experiencia propia.
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2. El rol del sindicalismo, su aporte a la consecución de la Justicia Social.
Tanto el Peronismo en lo político, como el peculiar sistema de Relaciones Laborales que inspiró (contrato de trabajo, paritarias, derechos del trabador, obras sociales, jubilaciones, etc) es casi único en América Latina, en cuanto a protección del trabajador se refiere. De ese reconocimiento positivo ha tenido SADOP numerosas muestras en sus décadas de experiencia en el terreno internacional. Sin embargo, también tiene conciencia que el modelo sindical que tenemos requiere una actualización doctrinaria (no ideológica) y de la renovación de sus formas de ejecución. Como bien sabemos la Doctrina se actualiza (sino muere) y las Formas de Ejecución se renuevan en cada momento histórico. Lo que no cambia -mientras no esté consolidada- es su Ideología (en nuestro caso las denominadas “Tres Banderas”: Independencia Económica, Soberanía Política y Justicia Social). Esto nos implica (como gremio docente y como parte activa del sindicalismo organizado) dos cuestiones urgentes: 1) dar continuidad al núcleo central y valores del Modelo Sindical argentino y 2) renovar sus formas de ejecución y estrategias. Caso contrario irá perdiendo cada vez más fuerza y vigencia, con el retroceso histórico que ello supondría para la clase trabajadora y el Pueblo argentino en su conjunto. Pero esto debe ser hecho recordando aquél sabio y antiguo consejo: “No tirar el agua de la bañera con chico y todo”. No son pocos los que están (o desean) eso, bajo acusaciones de anticuado o no suficiente modernas; y del otro lado, un peligroso inmovilismo, divorciado de las nuevas necesidades y derechos de la clase trabajadora. Entre retardatarios y apresurados está la tarea pendiente que como gremio hemos asumido. Y en este marco estamos seguros que todos nuestros representados se beneficiarán con la defensa y vigencia del sistema argentino de relaciones laborales lo cual incluye como prioritario el objetivo de seguir avanzando en nuestro Convenio Colectivo de Trabajo, lucha que no abandonaremos pese al contexto desfavorable y la actitud dilatoria de nuestros empleadores. Y esto con independencia de su color o simpatías políticas que como -ciudadanos responsables y participativos-puedan tener. SADOP es un sindicato y no un partido político, ni una ONG, ni un movimiento social más (con todo el respeto que ellos se merecen) y defender sus derechos como trabajadores (e incrementarlos y adecuarlos a las nuevas realidades) es su tarea básica y central. En eso estamos y actuamos más como una “organización libre del pueblo” docente privado, que como una corporación o tendencia política.
Es con este ideal de libertad y organización (algo clave para que aquella subsista y crezca) que creemos aportar a la construcción de otro orden político para la Nación argentina: el de una democracia plena y participativa con creciente vigencia de la Justicia Social. Este es el modelo con el que hoy enfrentamos al Neoliberalismo Financiero con el que hoy nos están agrediendo, tanto en el orden local (Macri y su Gobierno de gerentes, incluido el de “recursos humanos”) como el continental (liderado por el Tío Trump y su descarado imperialismo). Hemos hecho una auténtica revolución en paz en la República Argentina (desde el año 1945) y hemos sabido superar muchos golpes y parciales derrotas en este camino irreversible de la Justicia Social y en pos de una Comunidad Organizada de hombres libres y felices, que pensamos seguir defendiendo e incrementando. Otra vez llegó la hora de “ponerse la Patria al hombro” y no seremos los maestros y profesores privados quiénes retacearemos la participación en la tarea. No nos guía en esto el odio, rencor ni revanchismo alguno, sino la defensa irrestricta de los intereses y sectores mayoritarios –históricamente hablando- de la sociedad argentina. En los 90 fuimos activos protagonistas de la resistencia al modelo neoliberal del entonces presidente Carlos Menem y de la Alianza y hoy reivindicamos el programa de 26 puntos de la Corriente Federal de Trabajadores y debatimos desde esa línea interna con los demás Compañeros para que la Confederación General del Trabajo sea la expresión genuina del pueblo trabajador. En esa línea consideramos central nuestra militancia como SADOP en las Regionales de la CGT.
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3. El impacto del neoliberalismo en el campo de la cultura y la educación
Lo que hoy tenemos enfrente no es una persona, ni un grupo de ellas, ni una política determinada, sino un verdadero Modelo de sociedad y de hombre que no se compadece con nuestra idiosincrasia cultural, ni con los intereses legítimos de nuestra clase trabajadora, ni con una forma realmente democrática y plural de ejercicio de la ciudadanía. De aquí que nuestra oposición no se deba a asuntos personales o sectoriales, sino a un profundo conocimiento que ya hemos hecho los argentinos (en la década del 90) y que fracasó estrepitosamente en el año 2001. Angustiante crisis (casi terminal) de la que hemos ido saliendo –parcialmente- en la siguiente década y con esfuerzos muy meritorios de nuestra sociedad, de nuestro sistema educativo y de los docentes que con esfuerzo y sacrificio seguimos enseñando, dando de comer y conteniendo como pudimos a nuestros alumnos y familias. Por eso esto que ahora encarna circunstancialmente el nombre de Macri, es materia ya sufrida y aprobada por el Pueblo Argentino. Pueden haber cambiado apellidos o circunstancias menores, pero en lo esencial se trata de una desgracia conocida. En consecuencia, pasada la sorpresa inicial, la mayoría de nuestro Pueblo tiene conciencia de que por ahí no es conveniente volver a pasar. Estamos seguros que cuando pueda volver a elegir gobierno, lo hará en un sentido diferente y más acorde con sus intereses históricos y sociales. Este Modelo Neoliberal es profundamente individualista y de ninguna manera la Justicia Social figura en su credo profundo, a no ser como slogan publicitario y superficial. Más aún la Sociedad es vista como el resultado de la competencia despiadada entre sus miembros, sin invocación alguna a la solidaridad o la justicia, la cual más bien se dará luego entre los vencedores sobrevivientes. Se trata entonces de un auténtico “darwinismo social”, de una cultura del descarte de la cual muy poco puede esperar el pueblo trabajador y la escuela argentina. Cuando el actual Ministro de Educación y Deportes de la Nación -ante un Foro de Empresarios realizado en Buenos Aires- se autopresentó como “Gerente de Recursos Humanos” no mintió, ni exageró, eso es el concepto de “trabajador” que tiene ese Modelo. Los empresarios contentos, los educadores no, porque si bien es cierto que la Educación debe habilitarnos para el Trabajo, no menos cierto es que el mundo del Trabajo al que aspiramos no es precisamente éste y que los alumnos no son “recursos” (para) el sistema, sino personas que aspiran a un mundo mejor y más noble. Como profesionales que somos, no domesticamos ni programamos cosas, sino que educamos personas. Tratamos con hombres y mujeres y no con animales o minerales. Y ellos son fines en sí mismos y no medios para la obtención de beneficios. Además si bien es cierto que la educación debe habilitarnos para el trabajo, también lo es que éste debe ser educador y por lo tanto dignificador de la persona. Y esta es la gran asignatura pendiente de nuestros empresarios, que en realidad “emprenden” muy poco y últimamente no sólo niegan al trabajador un salario digno, sino que también le mezquinan el propio trabajo, transformándolo en un bien escaso. Curioso sistema económico que nos llena de bienes y nos priva de bocas que puedan consumirlos. Es también a esta Cultura del Descarte, a quien sirve la Evaluación (generalizada y estandarizada) a la cual son sometidos nuestros alumnos anualmente, por “aplicadores” que sustituyen la labor docente y el cotidiano proceso de enseñanza y aprendizaje, en el marco del cual el concepto de Evaluación adquiere un sentido completamente diferente. Evaluación anónima y estandarizada que ya avanza sobre el resto de los actores y profesiones, a favor de una nueva “meritocracia” cuyos resultados vuelven a estar a la vista: desocupación, desempleo y ruptura lenta pero progresiva del tejido social.
Desde nuestra perspectiva reconocemos, en cambio, al trabajo docente como productor de saber pedagógico y sostenemos y reivindicamos a la formación docente continua -nuestra FORAMACION PROFESIONAL- como un Derecho Humano conquistado y una tarea permanente de nuestro Sindicato.
Rechazamos y repudiamos los despidos arbitrarios en escuelas, colegios, academias y universidades privadas porque causan un doble daño. Al trabajador injustamente despedido, su familia y a los trabajadores que mantienen el empleo porque sobre ellos opera en los hecho como un elemento flexibilizador de sus condiciones de trabajo. SADOP lucha por la estabilidad de los docentes privados. En ese sentido, destacamos la promulgación de la Ley de la Provincia de Santa Fe que sanciona al empleador que produce despidos arbitrarios.
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4. La confrontación con el Gobierno de Macri
Coherente con la necesidad de sostener los derechos conseguidos durante la última década y el riesgo que implica el modelo de país actual para esos derechos.
Confrontar con este Modelo -que el gobierno de Macri corporiza- es entonces un acto tan legítimo como necesario. Legítimo en cuanto lo concebimos con respeto de los tiempos y las formas democráticas, pero utilizando al mismo tiempo –y sin dejarnos amedrentar- todos los recursos políticos, económicos y sociales que el movimiento obrero organizado ha sabido conquistar a lo largo de casi un siglo de luchas, muchos de los cuáles ya son resguardados incluso por nuestro texto constitucional vigente. Y necesario porque de no cambiar de Gobierno y de Modelo vamos derecho hacia una nueva frustración tanto como Nación y como Pueblo organizado. En consecuencia, rechazamos desde ya el mote de “desestabilizadores” con que pretende el Gobierno actual desacreditarnos y asumimos sí el de opositores a este nuevo intento de sumisión y dependencia, justo en el año y en el lugar donde en 1816 se proclamara nuestra Independencia Nacional (bajo el nombre de “Provincias Unidas en Sudamérica”, es decir en el marco de la “Patria Grande”) y donde en 1947 proclamáramos nuestra “Independencia Económica”, en cuya respectiva Acta (aquí también firmada y leída), las “fuerzas gubernativas, las populares y los trabajadores”, reafirmaban “el propósito del Pueblo Argentino de consumar la emancipación económica de los poderes capitalistas foráneos que han ejercido su tutela, control y dominio, bajo las formas económicas condenables y de los que en el país pudieran estar a ellos vinculados”. Así de claro y taxativo. Para cumplir con esos mismos propósitos los trabajadores docentes privados organizados –reunidos bajo este mismo cielo tucumano- manifestamos ahora nuestra plena adhesión a aquellos mandatos políticos y económicos, al tiempo que reclamamos la Independencia Cultural pendiente en cuyo logro la Educación jugará un papel preponderante y comprometemos todo nuestro esfuerzo, nuestra lucha y nuestra voluntad para lograrla.
Tucumán, 16 de febrero de 2017