2014-03-31
Por Mario Almirón Secretario General - SADOP
Estamos transitando el tercer mes del año con la sensación de que ha pasado más tiempo que el que marca el calendario. Es que en nuestra Patria se han sucedido una serie de acontecimientos a un ritmo muy vertiginoso, vividos de manera intensa y, a veces, traumática. La fuerte disputa por la hegemonía política y económica que vive nuestro País, hace de estos tiempos, tiempos difíciles.
El ataque del neoliberalismo –presente en buena parte de Latinoamérica– condiciona de alguna manera los escenarios políticos y sociales, generando tensiones no siempre resueltas de manera equitativa.
Pero, de todos modos, debemos aceptar que la propia idea de Patria supone tensiones, conflictos y disputas. Estas no son una "patología" extraña al cuerpo social, sino parte de su naturaleza.
Leopoldo Marechal –uno de nuestros grandes pensadores nacionales– ha dicho que la Patria no es un territorio, sino un "suceder". En Megafón, o la Guerra, Marechal sostiene que la Patria "es un suceder o es un bodrio". Ese "suceder" no es otra cosa que el "cambio de piel" que la Patria hace para mantenerse viva, y no anquilosarse en tradiciones anacrónicas y estáticas.
Podríamos decir –parafraseando a Gustavo Cirigliano– que el Proyecto de País no es tanto una esencia como una existencia. O, volviendo a Marechal, que la Patria es "una posibilidad infinita". Y como nada está cerrado ni definido para siempre, se trata de una disputa con final abierto.
Quienes creen posible un país dominado por el capitalismo oligopólico, concentrador de bienes culturales, sociales y económicos han lanzado por estos tiempos una ofensiva seria. Quienes militamos por una Patria sustentada en el valor del trabajo, la educación y la producción, con justa distribución de la riqueza, debemos redoblar nuestros esfuerzos. Nuestra comprometida militancia en la Confederación General del Trabajo y en el Movimiento de los Trabajadores Argentinos está dotada de ese sentido.
En ese complejo contexto nacional se inscribe la lucha de SADOP por profundizar mediante la Negociación Colectiva el reconocimiento de nuestros derechos. Se trata de defender el poder adquisitivo del salario docente. Pero no solamente eso. También de mejorar el conjunto de las Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (CyMAT), deterioradas por un modelo de relaciones laborales que durante largo tiempo no ha puesto al docente como centro del sistema educativo.
La economía, que no es una ciencia exacta sino un territorio de disputa de
intereses sectoriales, debe subordinarse a la política. En esa subordinación, es clave que encuentre la manera de distribuir con justicia la riqueza. De lo contrario, y aunque el País crezca en términos globales, generará injusticia y condicionará el margen de maniobra de todo Gobierno. Esta tensión entre la economía y la política parece estar presente en la discusión –aún no saldada– de la Paritaria Federal Docente. Como no ocurría hace bastante tiempo, hemos visto este año el achicamiento de la política y la imposición de una lógica economicista en el ámbito paritario. La Paritaria Federal tiene, cabe subrayarlo, además de un rol normativo (creación autónoma de reglas para el trabajo docente) uno simbólico (expresa una referencia política de cómo es valorado el trabajo docente en todo nuestro país).
Perder esta referencia simbólica implicaría retroceder a los tiempos de la des-centralización atomizadora de los 90; profundizando los desequilibrios regionales y las inequidades sociales.
Siendo todo lo anterior significativo e importante, no podemos perder de vista que nuestra relación laboral, nuestra identidad como Sindicato y nuestra principal lucha tienen como eje la relación entre docentes y empleadores privados. El 2014 debe ser el año de la profundización de nuestra Negociación Colectiva. Durante 2013 avanzamos en la firma de dos Acuerdos Paritarios que dejaron planteada una agenda nutrida para este año. Estamos convencidos: es estratégico para nuestra Organización, consolidar este proceso. A cada uno de los militantes de SADOP en cada lugar de nuestro querido País le pedimos un esfuerzo especial: ir a cada lugar de trabajo –a cada escuela, a cada colegio o universidad– a difundir esta lucha, concientizar a nuestros docentes, afiliarlos al Sindicato y transmitir nuestra propuesta.
La lucha se da y se gana en cada lugar donde estamos. Todos somos importantes en esta tarea. Con la elocuencia de los poetas, alguna vez Jorge Luis Borges contó la historia de un hombre que fue al desierto, tomó un puñado de arena, lo levantó y abrió sus manos para que el viento se lo llevase. Luego expresó: "he cambiado el Sahara".
Cabe a cada uno de los militantes de SADOP la responsabilidad de "cambiar el desierto" en lo que esté a su alcance. No todo sucede en lo "macro". Las "microdecisiones", las que se dan en cada lugar de trabajo, también deben tener a SADOP como protagonista.
A esa tarea los convocamos, en Unidad y con Solidaridad.